En este mundo al revés, que con tanta brillantez describía Millás el viernes pasado, los profesores universitarios ya no están seguros de cobrar a fin de mes. La crisis, que no impidió a Aguirre gastarse paletadas de euros en una paletada de espectáculo para inaugurar los Teatros del Canal, también la van a pagar ellos. No hay dinero para las universidades, tampoco para los hospitales, y de las escuelas, ya, ni hablamos.
La incultura es mucho más grave que el desconocimiento radical del último premio Nobel de Literatura, en el que, de paso, aprovecho para incluirme. Porque un país inculto no es un país de ciudadanos, sino de audiencias, y las audiencias se lo tragan todo. Que privaticen sus bienes, que refloten bancos con sus impuestos, que esos mismos impuestos no alcancen para financiar escuelas, hospitales, universidades. La verdadera libertad no consiste en poder decir lo que se piensa, sino en poder pensar lo que se dice, escribió Antonio Machado, como si nos estuviera viendo. A este paso, cualquier día lo quitan de los programas de bachillerato.
- me ha llegado este artículo de almudena grandes a traves de tanta gente que no puedo no reproducirlo
- pastora/la cultura:
No hay comentarios:
Publicar un comentario