jueves, 29 de octubre de 2009

O yo qué sé.

reproduzco en una entrada  aparte el comentario de  don francisco flecha porque matiza, con acierto y mesura,  el mío anterior:

Amigo Salvador:
Vaya por delante mi admiración a José Maria Merino al que siempre he considerado como maestro (junto con Pereira) de quien he querido aprender algo en esta cosa de escribir cuentos.
Pero estoy totalmente de acuerdo en mi rechazo a que haya alguien que decida lo que es "literatura" y "subliteratura". Máxime cuando, con ello parece decirse que la "literatura" es lo que uno hace y todo lo demás, porquería. Hay gente cuyo espectro se reduce a "puta madre" y "puta mierda". Reivindico el chiste, el chascarrillo, las novelas de caballerías como algo tan digno como La Crítica de la Razón Pura.
El escribir jamás debería ser un oficio. Escribir (como hablar, acariciar o reírse) es patrimonio de todos. Puede haber gente que con estas cosas provoque (en otros concretos) placer, felicidad, reflexión o simple evasión.
Me gustan las obras (como una tal "la vida del Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha) que se hizo con el simple objetivo de servir de distracción a los desocupados lectores (u oyentes) que seguían la historia en los filandones de cocinas pueblerinas.
Tampoco creo que los escritores, dibujantes, etc. deban ser miembros de la Real Academia de la Lengua. Son simples usuarios. Por la misma razón, mi madre, que ha educado a tres hijos, debería ser nombrada licenciada en Ciencias de la Educación, por lo menos.
Por último, no creo, ni quiero que nadie declare a León "Ciudad Literaria". Las ciudades no son literarias. Hay en ellas gente que escribe (de los cuales se promociona a algunos y no a otros, utilizando una especie de club de selectos que practican el bombo mutuo). Puedo entender que haya gestores o políticos que quieran promocionar esta cosa resbaladiza: pues bien: háganse campañas de promoción de la lectura o de la creación literaria, apóyense los valores emergentes, no se bombardeen experiencias como "Leer León". No gasten todos los cartuchos en ese monumento de la cultura universal al que han dado en llamar la "Llionpedia", por ejemplo.
O yo qué sé.
Saludos

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